jueves, 12 de noviembre de 2015

MUSEO SOUMAYA - PLAZA CARSO – MÉXICO.

En Abril del año 2011, viajé a México integrando una misión comercial encabezada por las más altas autoridades nacionales. Durante la misma el Sr. Presidente de México Felipe Calderón nos ofreció un almuerzo en la residencia presidencial Casa de los Pinos, y fue allí donde conocí al Sr. Carlos Slim Helú, que días atrás había inaugurado el Museo Soumaya. El nombre del Museo es en honor a su esposa Soumaya Domit, fallecida en el año 1999.
El Sr. Slim Helú invitó a un cóctel en su Museo para que lo conociéramos. Considero que vale la pena intentar modestamente describir en una pincelada esta apertura cultural que convierte al Museo Soumaya de México en el más importante de Latinoamérica.
Al llegar al Museo nos recibió el Sr. Slim Helú y comentó que el Museo había sido inaugurado el 29 de marzo de ese año y que su objetivo es poner el inmueble y su colección a disposición del país con el compromiso de formar y desarrollar su capital humano, a la par que ofrecer acceso a la cultura mundial y la historia de México.
Ahora vayamos al Museo en sí, cuando uno se acerca, de golpe emerge en el horizonte como una escultura abstracta, del tamaño de un edificio, el Soumaya. Está ubicado en una de las zonas más urbanizadas de Polanco, entre oficinas, edificios administrativos, centros comerciales, el museo Jumex y espacios verdes.
El joven arquitecto y urbanista mexicano Fernando Romero tuvo a su cargo el diseño arquitectónico de este proyecto en un área de 17.000 m² y con 7.500 m² para exposiciones distribuidas en 6 niveles, su altura es de 47 m. El museo también cuenta con auditorio para 320 personas, biblioteca pública, oficinas, áreas infantiles, cafetería, restaurante, tienda de souvenires, aula digital, talleres, actividades lúdicas. La estructura subterránea cuenta con 5 niveles de estacionamiento. Está integrado por dos estructuras, una principal que lo sostiene y otra complementaria que forma a la fachada y soporta el muro interior. La fachada asimétrica de forma suave está compuesta por 16.000 hexágonos brillantes que varían en su dimensión, pero como lo muestra una de las fotos se van abriendo los hexágonos para representar un poco las deformaciones de las pieles. Sólo es visible la puerta de ingreso.
Su estilo arquitectónico ha sido comparado con el edificio de los Grandes Almacenes Selfridges – Birmingham y con el Museo Guggenheim – Bilbao.
Desde el vestíbulo percibí que me encontraría en un ambiente cautivante y considerándome uno de los 3.500 visitantes que todos los días se desplazan por sus instalaciones, ingresé cámara fotográfica en mano, momento en el cual me recordaron que no podía usar flash en las tomas fotográficas. Noté que las visitas son gratis y guiadas, también hay recorridos especiales para niños y para ancianos. Los niveles están conectados entre sí mediante ascensores y una rampa en espiral.
La primera obra que aprecié fue: Naturaleza Muerta. Obra del pintor mexicano Rufino Tamayo [1899 – 1991] realizada con la técnica de vinelita sobre lienzo y montado en monolite en el año 1954. Muestra sobre una mesa poliangular una naturaleza muerta integrada por frutas redondas y rojas, dos botellas sobre una bandeja y doce rebanadas de sandías (una característica de los cuadros del autor), en el frente de la obra dos respaldos de sillas. Su tamaño es de 8,54 m por 1,95 m.
La primera obra grande: Laocoonte y sus hijos. Se trata de una reproducción en bronce realizada por la fundidora artística de bronce Casa Chiurazzi – Nápoles, con licencia de la Santa Sede, en cuyo Museo Vaticano se encuentra la escultura original griega-helenística ejecutada en mármol blanco en el siglo I aC. La obra de 2,42 metros de altura fue realizada por Agesandro, Polidoro y Atenodoro, pertenecientes a la Escuela Rodia.
El grupo escultórico, uno de los más famosos y antiguos, representa la muerte del sacerdote troyano Laocconte castigado por los Dioses a morir estrangulado por serpientes marinas junto a sus hijos. Los siguientes detalles de la imagen general muestran la mirada dramática del padre solicitando ayuda a su hijo y la mordedura de una de las serpientes.
Río Juchitán, también llamado Baño en el Río o Baño de Tehuantepec, es un mural realizado entre los años 1953-56 por el destacado mexicano Diego Rivera [1886 – 1957] con la técnica de mosaico veneciano adherido con cerámico color terracota. Sus dimensiones son de 8,72 m de largo por 1,54 m de altura, y teniendo en cuenta que muestra imágenes en anverso y reverso la superficie trabajada es de 26,86 m². Representa una secuencia narrativa inspirada en el Istmo de Tehuantepec.





De repente apareció dominando el espacio una de las mejores obras de Auguste Rodin [1840 – 1917]: El Pensador. Se trata de un hombre sentado, reclinado, cabeza ladeada hacia abajo, es una postura de pensamiento, soledad. Es una versión agrandada (alto 1,98 m) del original del año 1903, está realizada en bronce con pátina verde y negra. La fundición de bronce pertenece a una edición limitada de la Fundición Valsuani - Francia.
Al fondo de este enorme vestíbulo surge una escalinata enmarcada por muros blancos redondeados y en su centro la obra de Miguel Angel Buonarrotti [1474 – 1564]: La Piedad, escultura fundida en bronce, réplica de la existente en la Basílica de San Pedro – Vaticano, en mármol (1499). Se destaca la perfección estética del hijo muerto en brazos de la Virgen, una belleza de la época renacentista.



Se encontraban en exhibición más de 6.000 obras distribuidas en los 6 niveles. Los muros interiores, sutilmente curvos, crean espacios enormes, libres de columnas. Las obras y objetos se exhiben sobre muros falsos y vitrinas generando ambientes que favorecen la estética. Las rampas de acceso a los diferentes niveles facilitan el recorrido y brindan una pausa propicia para reflexionar sobre lo que se acaba de observar.
El recorrido no sigue una pauta pre establecida y el visitante puede acceder siguiendo su gusto. El personal del museo que nos guiaba recomendó no agotar el espacio, puesto que el tiempo del que disponíamos era muy acotado, y sugirió escoger obras puntuales o visitar alguna sala específica.
Acepté el consejo y mi interés se dirigió a registrar algunas imágenes de obras del México antiguo al moderno:
El Petróleo. Se trata de un díptico que versa sobre los recursos naturales, no hay una versión definitiva sobre su nombre, algunos lo nominan como: “El petróleo, la tierra como el agua y la industria nos forja y nos pertenece” fue realizado en el año 1959 por el pintor mexicano David Alfaro Siqueiros [1896 – 1974]. Es un enfoque político que muestra dos iconos de su temática artística: obreros y campesinos. Sus dimensiones son 8,04 m de largo por 3,3 m de alto, se utilizó pistola de aire que permitió trazos vigorosos, expresión de gran fuerza. Los colores son alegres.



El Descubrimiento del Pulque. Obra de autor anónimo, que dataría del año 1870. Representa un tema costumbrista e histórico en estilo neoclásico. Las imágenes indígenas están idealizadas evocando a los antiguos griegos.
El Milagro de Tepeyac. Este óleo sobre lienzo de 2 m de alto por 1,63 m de ancho, fue realizado en el año 1947, representa la tradición de devoción y de fe mexicana con la aparición de la Virgen de Guadalupe al indio Juan Diego. La autoría es del pintor, muralista y escultor de nacionalidad mexicana Jorge Gonzalez Camarena [1908 – 1980]. En su parte inferior se aprecian las iniciales JD por Juan Diego y ruinas que se corresponden con el pasado histórico, mientras que a la izquierda lo enmarca una planta de nopal con sus frutos, para los aztecas el nopal era la planta de la vida.

Panorama de Celaya. Obra de autor anónimo mexicano que muestra como su nombre lo indica a la ciudad de Celaya – Estado de Guanajuato - Año 1883, tal cual está inscripto en la parte superior. Fue realizada en papel de arroz sobre seda pintada al óleo y pegada sobre cartón. Su marco destaca una gran labor de artesanía en madera.




Así, llegué al último nivel y encontré la Gliptoteca del Museo. El hecho de que la gran sala no tenga columnas y disponga de una inmejorable iluminación, reitera la técnica de las construcciones barrocas para transmitir una sensación de grandeza. Su superficie es de 1.200 m²; en su punto más alto tiene 13 metros y durante el día recibe iluminación cenital directa del sol a través de un techo semitransparente.
Auguste Rodin nos da la bienvenida con su escultura en bronce La Mártir (1885). Se trata de una mujer yaciente, el autor manifiesta como medio de expresión el cuerpo humano.
Un lugar preponderante está destinado a Los Luchadores. Obra digna de admiración que pertenece a Pietro Bazzanti [1842 – 1881] figura relevante en la producción de la escultura florentina, se trata de una escultura en mármol blanco propia de la escuela griega helénica. Está asentada en una base de mármol verde, haciéndola una de las obras más pesadas del museo. Los luchadores sin atuendo alguno, sus rostros, los gestos, sus músculos, la incidencia de la luz, hacen que el visitante la califique de erótica, sensual. En el estudio de Bazzanti en Firenze funciona aún la Galleria d´Arte Pietro Bazzanti e Figlio.


Continuando con Auguste Rodin, el Museo Soumaya reúne el acerbo más importante fuera de Francia, la colección es de 380 obras, desde sus primeras obras de influencia académica hasta sus piezas de géneros, como el mitológico, el retrato y la fragmentación del cuerpo. Este escultor francés es considerado en la historia del arte como el primer escultor moderno.
La Catedral. Obra realizada por Auguste Rodin en el año 1908, tallada en piedra. Son manos delicadas, estilizadas, que se abrazan y sus dedos apuntan hacia el cielo, posiblemente de allí provenga su nombre o de la fascinación que el autor sentía por las catedrales francesas, la composición permite ver una correspondencia con la arquitectura gótica. Girando alrededor de la obra y viéndola desde distintos ángulos, permite deducir que son dos manos derechas idénticas que inician el movimiento de enlazarse. Tanto la simetría como el contraste de la piel de las manos con la superficie rugosa de base donde se apoyan, son para elogiar.
Las Tres Sombras. Esta escultura de A. Rodin, cuyo original data de 1886, representa tres figuras que en realidad son la misma, pero expuesta en diferentes ángulos alrededor de un punto concreto, parecen girar alrededor de él. 

Esta obra aparece en la parte superior del grupo escultórico Las Puertas del Infierno de seis metros de alto por cuatro de ancho y uno de espesor, contiene 180 figuras (desde 15 cm a 1 m) entre las cuales se encuentra también El Pensador ubicado en el dintel de la puerta.

En el mismo nivel se exhiben una serie de obras del español Salvador Dalí rotulada como la muestra de las Ensoñaciones. S. Dalí [1904 – 1989] a pesar de ser más conocido por su obra pictórica, durante su carrera produjo diversas esculturas, utilizando la técnica de vaciado en bronce, que opta por el modelado en cera en vez de tallar la figura directamente sobre el material.
A continuación, algunas de las esculturas que pude fotografiar y que son símbolos y temas surrealistas de su obra: el tiempo, la sensualidad, el baile, la mitología y hasta la religión.
Bailarina Daliniana. Año de realización 1949, es una ofrenda al baile flamenco ejecutada en bronce dorado, con pátina azul y negra. La imagen es simétrica, los olones del vestido de esta bailarina se asemejan al follaje frondoso de un árbol.

El Angel Triunfante. Obra del año 1976, en bronce dorado con pátina azul y negra. Los ángeles comienzan a aparecer en obras de S. Dalí a partir de los años ´40, cuando comenzó a enfocarse en temas religiosos.


El Elefante Espacial. Realizada en el año 1980 en bronce dorado con pátina negra y café. Este paquidermo alucinante simboliza la lujuria con el obelisco, la sabiduría con el elefante y la riqueza con su montura.


Gabinete Antropomórfico. En esta obra que data de 1982 realizada en bronce dorado con pátina verde, negra y café. S. Dalí representa con los cajones la psique humana. Los cajones abiertos serían los deseos íntimos pero con el rostro cubierto.


Caballo montado por el tiempo. Es una obra finalizada en el año 1980, en bronce dorado con pátina café. El caballo lleva sobre su lomo un reloj derretido. S. Dalí es muy afecto a los relojes en sus obras, manifiesta que los relojes blandos representan una realidad más completa, ante la ausencia de la rigidez de sus agujas.
Alicia en el país de las maravillas. Al margen de haber ilustrado una edición especial del libro con una serie de pinturas, en el año 1977 realizó una escultura en bronce dorado que representa su visión de Alicia. La obra muestra a una niña alegre, delicada, etérea. Las flores en la cabeza y en las manos, le da un toque de elegancia sin quitarle el aspecto infantil.


La colección privada del Sr. Slim Helú es superior a las 60.000 obras que cubren 30 siglos de arte, un espacio por demás interesante para transitar con el arte a través del tiempo. A todos aquellos que visitan la capital mexicana les aconsejo visitar el Museo Soumaya - Plaza Carso. 

Otra recomendación para no confundirse: existe en Plaza Loreto de dicha capital otro Museo Soumaya, fundado en el año 1994 por el matrimonio Slim, dedicado al arte mexicano y europeo.

Para complementar la información de esta pincelada describo lo que exhibía el Museo en sus distintos niveles.
Nivel 1. Manuscritos y libros que invitan a viajar por la Conquista, el Virreinato y la Independencia de México. La colección más importante de monedas virreinales de México que se muestra por primera vez.
Nivel 2. Pinturas destacadas del siglo XV y XVIII, reúne lienzos flamencos, españoles, germanos, italianos y franceses.
Nivel 3. El encuentro con el Nuevo Mundo. Pinturas y esculturas religiosas, la vida cotidiana a través de biombos y textiles, muestran la realidad novohispana.
Nivel 4. Es una cita con el Nuevo Mundo. Pinturas y esculturas inéditas con temas religiosos.
Nivel 5. Se presentan expresiones artísticas del XVIII y XIX del Neoclasicismo y Romanticismo.
Nivel 6. Esculturas Europeas de los Siglos XIX y XX.



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