jueves, 15 de marzo de 2018

SYDNEY 4 – AUSTRALIA.


Esta pincelada refleja nuestro última jornada en Sydney, aprovechando el sol y la ausencia de viento, muy temprano nos pusimos en marcha rumbo a Darling Harbour en donde habíamos terminado nuestro itinerario sabatino.
La Bahía en completa calma y con pocos visitantes, era la antítesis de la noche anterior.
Nos esperaba el trencito para girar en torno a la Bahía.
Y, no solo el trencito, allí estaban las gaviotas a la expectativa por un poco de comida. Darling Harbour está plagada de gaviotas muy especiales, cuando ven a una persona con comida le persiguen y generalmente hacen lo imposible por obtener un poco de alimento. 
En nuestra caminata nos encontramos con el edificio Cockle Bay Wharf, en su explanada del frente y enmarcada por restaurantes se erige la Dancing Brolga Fountain, su diseñador definió una fuente en espiral con brolgas danzando que fueron construidos en fundición moldeable de acero inoxidable.
El Brolga es un pájaro nativo conocido como la grulla australiana. Las gaviotas también hacen lo suyo y aprovechan el menor descuido de los comensales para picotearles la comida.
Nos dirigimos al Australian National Maritime Museum, sus exhibiciones son un relato de la historia de Australia a través de su relación con el mar y de la colorida cultura de sus playas. Entre los objetos exhibidos se destaca una esfera celeste construida en el año 1602, la cual representa todas las constelaciones del hemisferio sur.
Amarrados en las aguas frente al museo se puede visitar: una fiel réplica del navío Endeavour construido en la década de 1760 en astilleros del Reino Unido y con el cual el capitán James Cook descubrió Australia y además dio vuelta al mundo, el destructor Vampire, el submarino Onslow y una de las embarcaciones más rápidas del mundo, la lancha Spirit of Australia.
Llegamos al Sydney Aquarium, que recrea el hábitat de los ríos, mares y océanos de Australia.
Exhibe 12.000 animales acuáticos, pertenecientes a 650 especies, distribuidos en 14 áreas temáticas. Los acuarios son grandes tanques de vidrio acrílico que se extienden del piso al techo con túnel central por donde se desplazan los visitantes. Los acuarios tienen una capacidad de 2 millones de litros.
El layout muestra la distribución de los acuarios y las facilidades a las que se puede acceder. Hay charlas y posibilidad para presenciar cómo se preparan las raciones de comida para cada una de las especies.
Uno de los acuarios recrea una Gran Barrera de Arrecifes, captura todo el color y belleza de los mismos, un verdadero espectáculo. Se puede admirar desde un pequeño barquito con fondo vidriado, cientos de coloridos peces, tiburones de arrecife, afloramientos de coral.
El acuario que agolpa a visitantes y murmullos es el túnel que permite estar cara a cara con alguno de los distintos tipos de tiburones, el blanco, el toro, el gato, u observar el desplazamiento de las mantarrayas. Inclusive está instalada una nursery para las crías de tiburón.
En otro de los acuarios nos encontramos con un raro mamífero acuático en peligro de extinción en los próximos 40 años, el dugongo, también llamado vaca marina. Llegan a medir 3 metros y 200 kg. de peso, consumen 90 kg. de lechuga romana por día. Tuvimos oportunidad de presenciar la preparación de una de las raciones, cómo se le proporciona y cómo hoza para seleccionar el alimento. De la escasa cantidad que pueblan los océanos el acuario tiene dos dugongos.
Hay compartimientos fuera de los acuarios mayores que albergan a pequeños pingüinos, ornitorrincos, caballitos de mar, langostas, cangrejos, pulpos, peces payasos que nos recuerdan al Nemo de la película, etc.
Mientras atravesábamos el Pyrmont Bridge tuvimos la oportunidad de ver cómo el mismo giraba para permitir el paso de un barco cuya altura excedía lo que permite el puente. Mientras esperábamos que se autorizara la circulación, aproveché para tomar algunas fotos del entorno.
Luego del almuerzo, nos dedicamos a visitar Centros de Compras y en las inmediaciones de la playa de Bondi visitamos el Westfield Bondi y luego, en la zona céntrica el nuevo Westfield Central Plaza, en el cual me sorprendió su escalera mecánica y los reflejos en los espejos laterales, nada mejor que hacer un par de fotografías y armar el siguiente collage.
La siguiente etapa fue visitar la Sydney Tower, que aparece irrumpiendo en el horizonte en más de una fotografía, de las Pinceladas anteriores. Desde pleno centro se la veía erguida sobresaliendo del resto de los edificios que la rodean.
En las imágenes siguientes obtenidas en pleno corazón de Sydney se observa el imponente contraste del estilo constructivo antiguo y moderno. Sobresale la histórica droguería W.H. Soul en un edificio construido en 1886 y a su lado un edificio que data de 1993.
Una vez arribado al pódium de acceso a la Sydney Tower y entrada en mano, un veloz ascensor nos llevó a la plataforma que nos brindó espectaculares vistas giratorias de Sydney en derredor de 360º. Su altura de 309 metros convierte a esta torre de telecomunicaciones en la segunda estructura más elevada de Australia.
En el observatorio destinado a los visitantes, cuatro secciones de la torre están abiertas al público, ocupadas en el nivel 1 por un restaurante, en el segundo nivel de la torre otro restaurante de auto-selección, el nivel tres es el espacio para eventos que puede albergar más de 200 personas. También una serie de negocios ofrecen mercaderías varias, especialmente souvenirs para turistas.
Desde una de las secciones a 260 metros sobre el nivel de la calle obtuve las siguientes imágenes en la hora de transición del crepúsculo a la noche, en la mismas se pueden visualizar lugares que fueron descriptos en las tres Pinceladas anteriores destinadas a Sydney.
Para cerrar el día nada mejor que darse una vuelta por el QVB (Queen Victory Building) cuya construcción exterior fue descripta en la Pincelada 1 de Sydney, hoy convertido en el centro comercial más fastuoso, elegante y antiguo de Australia (siglo XIX). Su interior es un regalo para la vista, hermosos revestimientos de madera y vitreaux de colores recuerdan el lujo de épocas pasadas. Un reloj espectacular cuelga del techo y en sus distintos niveles muestra el mapa de Australia, fotos de distintas regiones del país, indica los días de la semana, la fecha, la hora de diferentes países y, por supuesto, la hora local.
Por la hora, los comercios estaban cerrados, lo que nos significó un ahorro ya que se trata de comercios de lujo, de primeras marcas.
Ciudad moderna y cosmopolita, Sydney proporciona una combinación de culturas que se traduce en un abanico de idiomas, razas, comidas, lo cual atrae a visitantes de todas latitudes, como turistas y como personas que van a trabajar. En las reuniones mantenidas fue simpático escuchar el inglés de nuestros interlocutores con un peculiar acento producto de las influencias irlandesas que trajeron consigo los inmigrantes.

Para salvar los 11.675 km que separan la ciudad de Buenos Aires y Sydney tanto de ida como de vuelta optamos por vuelo transpolar. La ubicación asignada para el regreso me permitió obtener fotografías de la zona polar.



2 comentarios:

  1. Increíbles tomas y relato descriptivo muy entretenido. Por supuesto siempre hay fotos que atraen más. Destaco algunas que me impactaron: la primera como vista general y algunas desde la torre, la gaviota sola, la fuente es bella y tus palabras ayudan a observarla en detalle y el collage de las escaleras te quedó perfecto.
    Felicitaciones amigo y espero poder ver una serie de fotos tomadas con tu nueva cámara.
    Abrazo

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  2. Todas las fotografías son maravillosas, pero me impactaron especialmente las tomadas a 260 metros de altura en la Sydney Tower. Me gustaron también las bellísimas tomas del QVB. Excelentes tus descripciones. ¡Felicitaciones! Un fuerte abrazo. Nélida Castellano

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